El concepto de comunicación integrada, propuesto y desarrollado por el comunicólogo y consultor europeo Joan Costa en los años 70, revolucionó la forma de trabajar la comunicación en las empresas. La comunicación integrada no es otra cosa que una estrategia mediante la cual se busca transmitir, clara, concreta y ágilmente, el mensaje principal que una empresa u organización quiere llevarle a sus públicos utilizando todos los canales posibles de comunicación.
Esta estrategia debe ser planificada y trabajada partiendo de un enfoque completo de la empresa. Debe considerar los objetivos primordiales del negocio y responder a su filosofía, entorno y realidad económica. Se trata de alinear todas las acciones y proyectos de la empresa para comunicar un mismo mensaje que redunde en el establecimiento de relaciones positivas y permanentes con sus públicos, un posicionamiento único en el mercado, el reforzamiento de la marca y la trascendencia sobre los competidores. Para lograr estos objetivos, en los planes de comunicación integrada se incluyen estrategias de relaciones públicas, mercadeo y publicidad en medios tradicionales y alternativos apostando de esta manera a que el mensaje llegue a una mayor cantidad de personas.
La comunicación integrada se ha visto por mucho tiempo como una estrategia solo de las grandes empresas. Hemos discutido en artículos anteriores como la mayoría de las pequeñas y medianas empresas (PyMES) realizan esfuerzos de comunicación de manera improvisada; con acciones espontáneas que responden solamente a las necesidades inmediatas del mercado y sin la planificación requerida para evitar la pérdida de dinero, tiempo y, sobre todo, oportunidades. Muchas PyMES aun no cobran conciencia de la importancia de que su mensaje principal llegue, de forma más efectiva, a todos sus públicos.
La comunicación integral como eje estratégico para el logro de las metas empresariales debe ser un pilar de cualquier tipo de negocio, independientemente su tamaño o volumen de ventas. Es imperiosa la necesidad de comunicar, tanto a los públicos internos como externos, los valores y filosofía de la empresa, sus objetivos organizacionales; que los distingue de la competencia; cómo se atienden a través de productos o servicios las necesidades y expectativas de los clientes; entre otros aspectos. Para ello no hace falta, necesariamente, invertir significativas sumas de dinero o recurrir a grandes firmas de publicidad o relaciones públicas. Para implementar un buen plan de comunicación integrada lo esencial es delinear, con personal capacitado, un mensaje consistente; planificar estratégicamente la difusión de ese mensaje en los diversos canales de comunicación; utilizar la creatividad y la innovación que nos permiten las nuevas tecnologías; involucrar a todos los actores del negocio en el proceso comunicacional y estar dispuestos a interactuar constantemente con los públicos objetivos.
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